Los probióticos no son solo para el intestino. He aquí por qué deben formar parte de tu rutina de skincare.
Tu piel está llena de bacterias. Mantener ese equilibrio es clave para tener una tez sana y brillante. Al igual que los probióticos favorecen la digestión, también fortalecen la barrera cutánea, calman la irritación y aumentan la hidratación. Con el auge de los productos probióticos para el cuidado de la piel (los lanzamientos de productos dirigidos al microbioma han aumentado un 68 %), está claro que son algo más que una tendencia.
Algunos probióticos hacen maravillas. Por ejemplo, el lactobacillus absorbe la humedad, mientras que el vitreoscilla alivia la sensibilidad. Los avances en biotecnología nos permiten ahora utilizar postbióticos, que ofrecen los mismos beneficios que los probióticos vivos, pero con mayor estabilidad y eficacia.
No todos los probióticos son adecuados para todos los tipos de piel, así que elige con cuidado. Para conseguir los mejores resultados, busca productos para el cuidado de la piel que combinen prebióticos (que alimentan las bacterias buenas) y postbióticos (que mejoran la salud de la piel). Y no olvides e envase: los frascos oscuros o las bombas sin aire ayudan a conservar estos potentes ingredientes para lograr el máximo efecto.