Cómo tener un look elegante sin llevar traje: 5 consejos

Vestirse con elegancia sin un traje puede resultar complicado, pero los principios siguen siendo los mismos. La ropa bien hecha y bien ajustada en colores refinados suele ser más elegante que un traje mal elegido. Una camisa blanca con pantalones de lino, por ejemplo, puede ser más sofisticada que un llamativo traje azul con corbata de raso. La verdadera elegancia no consiste en una estricta formalidad, sino en la calidad y el estilo.


Primer consejo: colores

La ropa informal pero elegante se basa en colores apagados y refinados. Al igual que un traje clásico, el azul marino, el gris y el beige crean un aspecto pulido sin ser llamativo. Una camisa Oxford con chinos y una sobrecamisa de lana funciona mejor en tonos discretos (blanco, azul marino, verde oliva...). La clave es evitar los tonos demasiado llamativos o fuertes. La sutileza siempre parece más sofisticada.


Segundo consejo: sencillez de los estampados

Los estampados deben ser sencillos. Al igual que un traje parece más relajado con cuadros grandes, la ropa informal es más elegante con diseños minimalistas. Una camisa lisa siempre parecerá más elegante que una con estampados llamativos. La textura también juega un papel importante. Una camiseta de punto tiene una caída refinada que realza un conjunto, especialmente cuando se combina con pantalones de sastre.


Tercer consejo: ajuste

El ajuste lo es todo. No importa lo caro que sea el tejido o lo refinado que sea el color, la ropa mal ajustada nunca tendrá un aspecto elegante.


Cuarto consejo: la calidad.

La calidad es esencial. La vestimenta casual pero elegante se basa en materiales refinados. Un tejido de cachemira suave, un lino fino o unos zapatos de cuero pulido realzan un outfit al igual que un traje bien cortado.


Quinto consejo: limpieza

No importa lo bien que te quede algo o lo caro que sea, si tiene un aspecto descuidado, no parecerá elegante. Unos pantalones planchados, unos zapatos impecables y ropa limpia y bien cuidada marcan la diferencia. Vestirse bien no es solo cuestión de lo que llevas puesto. Es cuestión de cómo lo llevas.